sábado, 26 de febrero de 2011

La Semana Mayor

Estará aún más paranoico el ex presidente Uribe desde su cuartel, ya me lo imagino, con artritis en potencia por ‘twitear’ con odio y a la defensiva, por la semana anterior que le demostró que quien ahora le causa dolores de cabeza no es simplemente un caballo desbocado, sino unos organismos de control abogados por encontrar la verdad, o acercarse a ésta, durante el pluri-escandaloso gobierno del antioqueño.

Y es que los agitados días de la semana anterior parecen ser el primer dardo certero para derrumbar el pedestal que Uribe construyó en la opinión pública con toda suerte de artimañas. Las dudas sobre la Operación Jaque expuestas por los cables de Wikileaks, la condena de su primo a 90 años de prisión por para-política, la denuncia por la falsa desmovilización de las Farc y el embargo al ex ministro Andrés Felipe Arias en las investigación por AIS, fueron las lanzas que se dispararon de varios flancos contra la pirámide política llamada Álvaro Uribe Vélez. Y eso que faltan los crímenes de Estado, las ‘chuzadas y la ‘Yidis-política’.

Lo señalaba el portal La Silla Vacía (algo maltrecho estos días por la falsa noticia de la muerte de ‘Cano’) en su análisis sobre el desmonte del uribismo. La justicia está rodeando la figura de Uribe y si bien el rompecabezas había estado disperso, las fichas de esta semana si bien no involucran al ex presidente directamente, sí tienen que crear un armazón en el imaginario colectivo; claro, en quienes no están sesgados por la droga del fanatismo.

El imaginario es simple. Existió un gobierno que tuvo cercanos nexos con los grupos paramilitares, a tal punto que el Jefe Estado tenía un primo, que se benefició políticamente de esas organizaciones. Los paras a través de varios testimonios han repetido que favorecieron la campaña del señor Uribe a la presidencia. Sigue el imaginario: la cercanía a los paramilitares fue tan amplia que alcanzó para realizar un “proceso de paz” (!) que dejó grandes dudas y que a la evidencia de los hechos no garantizó nada, pues las organizaciones se reprodujeron: llámese ‘Bacrim’.

A falta de unos falsos positivos de asesinatos (un eufemismo completo) también existieron en las desmovilizaciones, como la del ‘Cacica Gaitana’, una folclórica entrega de armas. Engaño tras engaño, también hubo alianzas con las Farc para liberar a la élite de los secuestrados en poder de la guerrilla, lo que generó la “operación perfecta”.

Las cosas no se detienen allí. Las revelaciones de El Espectador sobre Wikileaks al respecto de las chuzadas que según Peñate ordenaba José Obdulio Gaviria y Bernardo Moreno, dan cuenta de que era en la Casa de Nariño donde se requerían los informes de inteligencia de los opositores del gobierno y no hay que desgastarse pensando mucho en quién era el que más necesitaba esas acciones del DAS. El caso de las ‘chuzadas’ tiene un rompecabezas armado y muy obvio como para que no haya acciones legales contundentes.

Y para rematar, el escudero de Uribe, el lambón mayor, ya sintió un primer coletazo en el grosero caso de Agro Ingreso Seguro que él comandó. Andrés Felipe Arias tendrá las cuentas embargadas por la Contraloría y está a la espera de una decisión que quizá definirá su sanción disciplinaria.

“Le estamos respirando en la nuca” le vociferó Santos al jefe de las Farc, ‘Alfonso Cano’ lo que replica muy bien de parte de la justicia al señor Uribe. Pero esto apenas comienza y el cuartel de twitter seguramente se verá más agitado mientras el viudo de poder sienta pasos de animal grande, insisto no de valerosas yeguas que le golpeen la rodilla, sino de evidencias claras que lo pueden sentenciar a ser el responsable político y judicial de casi 10 escándalos durante su gobierno.

La pasión de Uribe, después de la semana mayor está en un agitado génesis. Ya quiero ver cómo llegará y cómo será su apocalipsis.

miércoles, 19 de enero de 2011

Y tiraron los dados…

El pulso de las regiones, de los gamonales de pueblo, del tráfico de influencias con la compra de votos y el momento de la politiquería en su máxima expresión. Son las elecciones regionales, sí. Ésas que normalmente le importan por separado a cada pueblito, a cada departamento, y que en lo nacional sólo sirve para hacer balances entre uno y otro partido.

Pero este año, en este octubre, están en juego aún más que los votos para un concejal o un diputado. Después de unas interesantes e intensas elecciones presidenciales (sólo hasta la primera vuelta, hay que decirlo) lo que pase en el preámbulo de los sufragios y luego de éstos, podrá definir el mapa político e ideológico del país.

A Gustavo Petro parece que le puede ir mejor como politólogo que ejerciendo la política como candidato o en un partido, luego de hacer una radiografía de qué puede pasar en las próximas elecciones.

El ex Polo Democrático aseguró que en este 2011 los colombianos elegiremos entre una “ultraderecha” representada por La U y los ‘godos’; un espectro de “centro derecha” en el que pueden caber los del trapo rojo y el nuevo aliado, Cambio Radical y finalmente menciona a “un frente democrático” que él espera liderar representando la “centro izquierda”. Evidentemente deja a un lado al partido por el que fue candidato y no parece incluir a los perdidos ex alcaldes verdes.

Y aunque el panorama que Petro expone puede ser simplista, básico y hasta parezca obvio, esa acomodación de ideologías dejará en claro cómo está el país frente al uribismo a más de un año de la salida de su popular líder; cómo ha calado el santismo en los colombianos y qué tanta fuerza tienen sectores ajenos a la mesa de Unidad Nacional.

No es exagerado pensar que las votaciones de octubre van a definir además la gobernabilidad de Juan Manuel Santos y por tal el éxito que puedan tener sus proyectos de gobierno en los siguientes tres años; también una posible candidatura de Uribe en 2014 como muchos uribistas ‘pura sangre’ todavía plantean y determinarán si la izquierda democrática en el país volverá a los anaqueles de la política.

Las tempranas movidas de todas las colectividades para alcanzar la cereza del postre que es la Alcaldía de Bogotá, dan cuenta de lo agitado y sorprendente que podrá ser el año político que empezaremos a vivir. La posible alianza de La U y los ‘Verdes’ es una muestra de ello, en lo que puede terminar mezclando a personajes como Lucho Garzón con Roy Barreras, bajo una misma causa, un mismo candidato.

Y aunque Uribe ya se metió de lleno en la campaña para quitarle el bastión de ocho años al Polo Democrático en la Capital, ni él se define como candidato, ni sus cercanos áulicos dan cuenta de que lo vaya hacer. Quizá tenga otra desagradable encrucijada en el alma, pero ojalá que como dijo el popular caricaturista de Semana: “Vladdomanía cree que muchos bogotanos no quieren ‘convivir’ más con Uribe”.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

En la mitad de la guerra

AUTÓNOMA EN LAS TABLAS

FESTIVAL DE TEATRO DE MANIZALES

En medio de las montañas de Medellín, en esa hoja doblada que es como describen muchos su topografía, se ha vivido uno de los mayores conflictos de la violencia colombiana. La capital de Antioquia ha vivido inmersa continuamente en una guerra interna entre sus coterráneos, marcada por intereses que no les incumben a ellos, pero que terminan adoptando por simple necesidad.

En los años 1980 con Pablo Escobar, los medellinenses se entregaron a su red de sicarios a cambio de vivienda y en las últimas décadas los rezagos que dejó el narcotraficante mantuvieron la escalada de asesinatos en la que por una época se consideró la ciudad más violenta del mundo.

Hoy Medellín aún mantiene esa guerra entre comunas y las desmanteladas bandas de La Terraza y los miembros de la Oficina de Envigado conservan su campo de acción en algunos sectores de la Ciudad. Sin embargo, el panorama ha conseguido algún cambio de ese caos de hace 25 años.

Durante la Feria del Libro que acabó de pasar en Manizales hubo espacio para discutir ese papel que la cultura desempeñó en la resolución de conflictos de la capital de Antioquia. Luis Miguel Usuga, secretario de cultura ciudadana de Medellín, expuso el llamado modelo cultural de esa urbe o, como él prefiere llamarlo, proceso cultural de la Ciudad, pues todavía está en curso y aunque es una base que han adoptado otras ciudades del mundo en conflicto, prefiere evitar el rótulo de modelo.

La mezcla de dos elementos que los gobiernos consideraban poco trascendentes, fueron la clave para el renacimiento social de una buena parte de Medellín: educación y cultura. “Cuando el representante de la cultura no había tenido cercanía alguna con el alcalde, durante la alcaldía de Fajardo esa barrera se rompió y por primera vez la cultura alcanzó un 5% del presupuesto general” recuerda Usuga, quien ahora hace parte del gabinete de Alonso Salazar, copartidario del ex alcalde.

Sin embargo, ese proceso inició sin necesidad de una intervención estatal o más bien con el rechazo de entidades como la Consejería Presidencial para Medellín, que en 1993 no aprobó un proyecto denominado Barrio Comparsa, que venía realizando su trabajo desde 1990.

Barrio Comparsa es hoy después de casi 20 años de su inicio, la expresión más importante de convivencia entre comunidades de Medellín, que por motivos ajenos a ellas han estado en medio de una violencia que en ocasiones ni entienden. “La ventaja de la labor del artista es que así realice sus expresiones en comunidades ‘enemigas’, va ser respetado por lo que simboliza” cuenta el urbanista Alejandro Echeverri, invitado al conversatorio, en medio de elogios por la labor de Fajardo.

“No queremos una ciudad enrejada, sino más relajada” pregonaban los miembros de este movimiento cultural fundado por Fernando García o ‘El Gordo’, como lo conocen sus más cercanos colaboradores en Medellín. La consigna iba más allá de simples palabras, pues eran épocas en las que Pablo Escobar imponía el toque de queda en la Ciudad a las 9 de la noche. A pesar de esto, los paisas respondían a las primeras exitosas iniciativas de cultura.

“En ese entonces el Teatro Matacandelas programó funciones a las 12 de la noche y la presencia era masiva” dice Usuga, remembrando esas épocas en las que realizaba su trabajo cultural en varios ONG.

Y hoy, faltando un años para que termine su labor como secretario de cultura de la Ciudad, Luis Miguel Usuga encamina su trabajo a dos ejes principales con las comunidades más vulnerables por la violencia de Medellín. El primero es el acceso a las expresiones culturales que se realizan por toda la Capital, “hay que desmitificar que sólo los más adinerados pueden vivir ese tipo de representaciones”.

Su segundo papel, es mantener la convivencia a través redes de artes, como la música. “El ex presidente Uribe decía que quien empuña un instrumento, jamás empuñará un arma…yo no diría que es tan absoluto, pero nosotros con estadísticas lo hemos demostrado” asegura el canoso Usuga en la Universidad de Caldas.

En cuanto a Manizales, está seguro que es referente cultural y que eventos como el Festival tienen eco en todo el país. “Aquí están más tranquilos, no tienen ese peso de la violencia y cuentan con un gran apoyo de la academia”.

Aunque hay que tener en cuenta lo que Octavio Arbeláez manifestó en el conversatorio antes de la intervención de Usuga. “Allá nombran gente de la cultura, para que administren la cultura”, punto débil que quizá tenga una ciudad como Manizales, marcada por mala fama de gobernantes y excesiva burocracia política.

domingo, 24 de octubre de 2010

LA IZQUIERDA DES-UNIDA

Tsunami político, oportunismo, hipocresía y sin duda alguna, polémica; fue lo que generaron las denuncias de Petro, Avallaneda y De Roux en contra del denominado carrusel de contrataciones que al parecer ha comandado Iván Moreno, el hermano del Alcalde de Bogotá.

Las asignaciones de importantes contratos de construcción, en una ciudad que está en caos de movilidad por las obras inconclusas, se dieron a empresarios cercanos al círculo social de los nietos del ex presidente-militar del siglo pasado y dejó en el aire un tufo de corrupción de grandes proporciones que, entre otras cosas, tiene al alcalde Samuel Moreno con menos de un 15% de aprobación, según las endiosadas encuestas.

Aunque a las denuncias contra el clan Moreno Rojas por el supuesto aprovechamiento personal se le sumaron las “oportunas” declaraciones de Miguel Nule –el alicaído empresario barranquillero que en menos de un lustro perdió el imperio que había construido con sus familiares– el ‘distrito-gate’ tiene dos trasfondos políticos: el pregón de que la lucha por la Alcaldía de Bogotá inició y el fraccionamiento, ahora casi irremediable, del Polo Democrático.

En el primer escenario las versiones de una disputa Peñalosa – Uribe para disputarse el segundo cargo público más importante del país parece tomar fuerza, aunque el ex presidente, quien empieza a estar inmerso en investigaciones por las acciones de su gobierno, no ha dado el sí para aspirar.

Para los analistas y aún más para la opinión pública, es muy difícil que el Polo Democrático logre la victoria en la Capital por tercera ocasión y quien podría tener la primera opción en ese partido para lograr la Alcaldía sería Petro, pero él dice no estar interesado -¡habrá que ver si es cierto!- y además cada día está más lejos de la estructura oficialista del partido de oposición.

El Polo está, entonces, a las puertas de otra pérdida de uno de sus líderes, como ya ocurrió con Lucho Garzón, quien en su momento salió de las toldas amarillas para querer fundar lo que él había llamado el Partido de la Calle.

Gustavo Petro tiene, según algunos militantes del Polo, una profunda necesidad de desquite con los miembros de su partido por ratificar en la presidencia a Clara López y su figuración como el denunciante del ‘distrito-gate’ lo puede catapultar como adalid contra la corrupción y le puede dar los réditos políticos que le den las credenciales para lanzarse a la Alcaldía o avanzar con su proyecto divergente denominado la Corriente Democrática.

Y ahí está la primera piedra de su salida del Polo. La conformación de la Corriente Democrática, que se vislumbra como un nuevo proyecto político inspirado en las propuestas de Petro a la presidencia, podrá ser la plataforma en la que esté el futuro político del ex senador, pues él ha asegurado que su permanencia en la coalición izquierdista depende de las decisiones que se tomen frente a la corrupción que para Petro existe en la administración distrital. En otras palabras, pide la salida de Iván Moreno del Polo. ¡Cuestión difícil!

Lo que queda de todo esto es el caótico panorama que la corrupción e ineptitud han causado en las obras de Bogotá y el inminente y lamentable fracaso de un nuevo proyecto de izquierda en la política nacional. Seguimos en el camino de la unanimidad y abrazados eternamente a los representantes de la derecha.

lunes, 18 de octubre de 2010

UNA VERDAD INCÓMODA O UN GRAN TIMO



La predicción del futuro a través de conocidas profecías, ha sido oficio preponderado de la astrología y con éxito no comprobado del consultor judío Nostradamus, famoso por sus predicciones del futuro y las catástrofes mundiales. Sin embargo, en 1903 un físico, el sueco Svante August Arrhenius, empezaría a hablar de otro desastre en su Tratado de física del Cosmos, en el que consideró que el uso de combustibles fósiles incrementaría la temperatura normal de la Tierra. Arrhenius afirmó que este cambio sólo se produciría 3.000 años después. Pero las mediciones demostrarían que el tiempo fue mucho menor.

A mediados del siglo XX se logró constatar que la tempatura había tenido un incremento de 0,013°C al año y que los procesos industriales habían significado un 10% más de dióxido de carbono en la atmósfera. Con esos postulados, inició el debate sobre las realidades y falsedades de un problema de la aldea global, y los protocolos en organizaciones transnacionales para enfrentar lo que para muchos era un posiblearmagedón.

Los apocalípticos estudios sobre el inminente cambio climático por causas antropogénicas llevaron a la creación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que determinó que ocurriría un aumento de 0,3°C cada diez años durante el siglo XXI, lo que significaba la mayor variación en la temperatura del planeta en los últimos 10.000 años.

El activismo mundial llegó hasta compromisos y firmas de tratados como el de Kioto o el reciente de Kopenague (este último de poca utilidad) en los que los países industrializados se comprometían a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, que son los que a la postre han contribuido al aumento de la temperatura media de la Tierra. Pero la alerta continúa y organizaciones ecologistas no paran de advertir y señalar cambios de rutinas desde los individuos para frenar el calentamiento global; en constraste con escépticos o indiferentes agentes de la sociedad (la mayoría) que no conocen los orígenes y sobre todo, las verdaderas implicaciones de este fenómeno.

El cambio climático antropogénico

Múltiples estudios científicos han conseguido darle validez al hecho de que en gran proporción el cambio climático actual por el que atraviesa el planeta, tiene orígen en la actividad humana (antropogénica) a través de varios factores como la deforestación, la revolución industrial en todos sus campos y el armamentismo nuclear que se vive en el mundo. Estos argumentos tienen sentido en la acumulación de gases de efecto invernadero, que aunque son útiles para el calentamiento natural de la tierra, se han emanado en exceso, contribuyendo en gran medida en el aumento de la temperatura atmosférica.

A pesar de lo grave que puede ser la situación, el tema ya ha entrado en suspicacias y temas políticos de ideologías mundiales, en los que se discute en primera medida si hay por qué preocuparse frente al cambio climático que estamos viviendo y si la acelerada producción industrial (propia del capitalismo salvaje) es culpable.

En defensa de la esfera privada se creó la Global Climate Coalition, una organización instaurada en 1989 por compañías como Shell, Exxon, Texaco y Ford, que buscaba quitarle peso a la relación calentamiento global-hombre. Las multinacionales ejercieron presiones a las organizaciones encargadas de tratar el tema, logrando, en algunos casos, su cometido.

Al respecto, un ejemplo bien argumentado es el de algunos senadores republicanos de Estados Unidos que en enero de 2009 presentaron un informe, en el que apoyados en las investigaciones de 650 científicos, rechazaban la condición de antropogénico del cambio climático. El tema, politizado en todo el mundo y en todas las campañas presidenciales, ha dividido en la desgastada dicotomía de derecha-izquierda en una lucha que, se supone, debería ser conjunta.

Las implicaciones

Partiendo del hecho de que sí hay un calentamiento global originado por el hombre, hay causas demostradas que involucran algunos aspectos de la vida rutinaria en el desgaste del planeta y en su modificación de la temperatura media.

Nuestra cultura moderna del automóvil y el apetito de los bienes de origen global son responsables de aproximadamente el 33% de las emisiones. La adicción cada vez mayor a la electricidad a partir de plantas energéticas de combustión de carbón, libera enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, comenta la Blog Verde; sumado a ello, están la deforestación y el excesivo uso de químicos en la agricultura.

El cambio climático ya ha causado las primeras consecuencias en el transcurso normal de los fenómenos naturales. Los maremotos, huracanes y largas temporadas de precipitaciones sin precendentes, son los resultados más visibles.

No obstante, el medio ambiente en general ha sufrido por causa del calentamineto global, acentuado en los últimos años del siglo XX. El derretimiento de los glaciares, las sequías severas, el aumento del nivel del mar y las extensas olas de calor han empezado a ocurrir como secuela de los ilimitados usos que se le han dado al planeta para la demanda consumista de millones de habitantes.

La extinción de especies por el cambio de hábitat y la deforestación debido a la escasez de agua, serán otras de las implicaciones que seguirá teniendo el calentamiento global en el planeta, haciendo hincapié en los trastornos alimenticios y en la sanidad humano que esto mismo pueda traer.

El papel de la comunicación

La mediósfera es la tribuna especial para visibilizar un tema del alcance polémico como el que tiene el cambio climático causado por la actividad humana. Sin embargo, el asunto de la economía política también permea este ámbito de la sociedad y consigue crear el debate necesario entre los convencidos de la culpa antrópica de este fenómeno y quienes están convencidos de que los inusuales cambios del medio ambiente tienen causa única en la acción de la naturaleza.

“Si la causa del calentamiento es mayormente natural, entonces es poco lo que podemos hacer al respecto. No podemos influir en el inconstante sol (…)”, es una de las ideas del documental El Gran Timo del Calentamiento Global, emitido en el Reino Unido en 2007 y acusado por la Ofcom (regulador de los medios británicos) de no cumplir con las normas de veracidad e imparcialidad.

En contraste, el valor mediático que ha supuesto el documental de Al Gore,Una Verdad Incómoda, para los convencidos de la causa del cambio climático le signifió al ex vicepresidente de Estados Unidos el galardón del Nobel de la Paz en 2007, junto con los miembros del IPCC de la ONU. Esto, a la luz pública, se traduce en un imperativo mundial por reconocer el trabajo de persuasión del demócrata, quien desde su derrota electoral en 2000 ha dedicado sus esfuerzos por visibilizar el problema del calentamiento global y por buscarle soluciones.

Aunque el documento de Gore ha sido tomado como la pionera hoja de ruta del tema desde la comunicación audiovisual, su error está en la sensación de alarma que genera en el espectador. “Si la mayoría de los científicos del mundo tienen razón, nos quedan apenas diez años para evitar una catástrofe de grandes proporciones que podría hacer entrar el clima del planeta en una espiral destructiva(…), es una de las advertencias del material audiovisual.

En ese sentido, es recomendable no provocar miedos, sino ofrecer la motivación, capacitación y el poder para actuar; el tema ya está planteado y mal que bien, está validado que sí existe un problema que requiere de atención mundial, por lo que las estrategias de comunicación más que ahondar en la preocupante situación que se vive por el cambio climático, deben emprender una pedagogía efectiva desde los medios para generar acciones concretas en los espectadores.

Hacia ese mismo fin va otro llamado, en el que se deben dejar a un lado los lenguajes e intenciones científicas para establecer y generar presiones hacia soluciones socio-políticas. Es decir, desde la tribuna mediática abogar porque los gobiernos sean efectivos en legislaciones que a la postre cumplan con los protocolos y convenios establecidos internacionalmente.

La intervención de los comunicadores sociales es importante porque permite la creación y dirección más efectiva de los mensajes, usando algunas estrategias sencillas pero impactantes. Para este fin es necesario tener grises, esto es no llegar a métodos extremos en la confección de los mensajes: no todo puede ser emotivo, pero tampoco todo puede ser racional.

El uso de contenidos que lleguen al interés del espectador, pero con datos científicos, contribuirán a darle credibilidad a los contenidos y a la vez permeará a más sectores de la sociedad .

Lo más importante para generar una conciencia, es quitar la brecha que existe que nos hace pensar que el cambio climático es algo a largo plazo, haciendo ver que ya se están presentando las primeras consecuencias, que aunque sean pequeñas, son el principal indicio para actuar desde ya.

De allí en adelante la labor del comunicador será acertar en el mensaje necesario con las estrategias comunicativas convencionales: un lenguaje sencillo, la creatividad, una informacion veraz y clara, además de la producción de contenidos que sean atractivos para quienes aún están escépticos y quienes son agentes pasivos de la sociedad frente al tema.

ENTRE MOCHILA Y PIEDRA

“¡Asesinos, asesinos, asesinos!” gritaban por la avenida Santander, el pasado cuatro de Marzo, los estudiantes de la U de Caldas en la protesta contra el TIM. Querían que los escucharan y lo pensaban lograr con la marcha. No estaban de acuerdo con el nuevo sistema de transporte de la ciudad, pues opinaban que era un atropello de la Alcaldía.

Las arengas en movimiento se detuvieron aquella mañana, cuando se toparon con un Escuadrón Móvil Antidisturbios, que no los dejó avanzar con la manifestación. Los de la fuerza pública estaban armados y preparados para detener el paso de los estudiantes hacia su destino, el CAM. El Centro se estaba convirtiendo en un caos.

Conflictos de ciudad como éste se han trasladado a los espacios universitarios desde hace varias décadas. Rectores, decanos, profesores y estudiantes han sido blancos de amenazas, persecuciones y asesinatos. Estos miembros de la comunidad académica se suman a los desaparecidos que según la Fiscalía desde 1989 suman 25.185 personas, sin contar los falsos positivos.

La pelea entre el establecimiento y los universitarios estaba casada desde hace varias décadas. Según Alfredo Molano, en su reportaje En pie de lucha de El Espectador, los primeros conflictos se generaron cuando los sectores populares de las instituciones se sintieron indignados por el manejo que se le estaba dando al Estado.

Del activismo político de los universitarios en Colombia se tiene memoria antes de que entraran en auge los movimientos estudiantiles en todo el mundo. El primer episodio: después de la revuelta contra el ex presidente Abadía Méndez y el asesinato del estudiante Gonzalo Bravo Páez, cuando la Policía disparó contra un grupo de estudiantes en 1929. Acto seguido: la oleada de desapariciones de estudiantes, que aún están impunes.

La acallada al estudiantado siguió. Años más tarde con el levantamiento contra Rojas Pinilla, tras la masacre de varios estudiantes en 1954 y catorce años después en el agitado 1968, con la rebelión contra la Constitución de 1886.

Posteriormente hicieron carrera los grupos anarquistas, como fuerza opositora para la abolición del Estado. Este tipo de agrupaciones fueron férreas críticas al gobierno de Álvaro Uribe, al que catalogaron de “instigar una histeria desde los medios de comunicación”, como mencionó uno de sus miembros. En su momento, la tensión llegó al punto máximo con los famosos videos de la senadora Gina Parody, con los que se pretendía señalar al movimiento estudiantil como una organización insurgente.

La protesta es económica

Los estudiantes de las universidades públicas de la ciudad han sido defensores del derecho a la educación, en su concepto de gratuidad, objetivo dispuesto para la educación superior en el Plan Decenal del gobierno nacional.

Sin embargo, el auxilio económico para lograr ese objetivo aún sigue lejos de cumplirse. “Desde los años 90 los presupuestos de todas las universidades públicas han permanecido congelados, pero las obligaciones de calidad y cobertura se han duplicado”, menciona Molano en su publicación.

La inconformidad del alumnado es evidente, pues los recortes presupuestales restringen los contenidos académicos de los pregrados. La noticia de la aprobación del Presupuesto General de la Nación para 2010, que brinda más recursos a la guerra que a la educación, no cayó muy bien en la comunidad universitaria.

Los universitarios quedaron prevenidos. Yolima Lemus Restrepo, de la Universidad Nacional, se integra con los representantes estudiantiles y con los demás líderes para analizar el porqué hay que luchar. “Últimamente acá se habla mucho del presupuesto, pues no está cubriendo los gastos que se tienen en la universidad”, cuenta la líder.

A la preocupación de estudiantes se suma Moisés Wasserman, rector de la Nacho, quien en su momento calificó el presupuesto como “cínico”, debido al pasivo pensional que deben enfrentar las instituciones que están al borde de la quiebra.

La tormenta económica también azota a la Universidad de Caldas. Los estudiantes aducen estar intranquilos por las repercusiones que este asunto tenga sobre la academia. “Siempre buscamos la alternativa de hablar primero para buscarle soluciones a estos temas, pero si esto no funciona optamos por las vías de hecho”, comenta Víctor Hugo Acosta, integrante del Consejo Académico.

Influencias de movimientos

Las ideologías de centro e izquierda han estado históricamente presentes en las manifestaciones de los estudiantes. Simpatizantes del Movimiento Obrero Independiente Revolucionario (MOIR), de la desaparecida Unión Patriótica (UP), del Movimiento 19 de Abril y de la Juventud Comunista (JUCO) han hecho parte de los mítines convocados en las instituciones de la ciudad.

Julian M., así no más, pertenece a la JUCO y orgullosamente habla sobre la que llama “batalla que debe enfrentar para que respeten sus derechos educativos”. Para él, los mecanismos como asambleas y paros son necesarios en la comunidad académica.

“Esos actos se hacen como una respuesta del estudiantado por no habernos vinculado dentro de algunos procesos que se realizan en la universidad, como el cambio de estatuto, las modificaciones en bienestar universitario o las elecciones de decano”, cuenta con ánimos de revolución, como lo definen algunos, el miembro del movimiento.

La ideología de los universitarios ha estado en contravía de las mayorías políticas impuestas en el país. El abismo se acrecentó durante los dos periodos de Uribe en los que instituciones como la Universidad Industrial de Santander, la Pedagógica de Bogotá, la de Caldas y la Nacional, entraron en largas temporadas de asambleas generales y paros.

Para muchos, el ex presidente Uribe violó el concepto de autonomía universitaria al permitir el ingreso de la Policía a los establecimientos educativos donde se presentaban disturbios. “La Fuerza Pública tiene la orden de judicializar y capturar a todos los integrantes de la comunidad universitaria que estén en acciones violentas”, declaró el presidente en su momento.

Los hechos aumentaron la polarización política del país y no calmaron las tensiones entre autoridades y estudiantes. Por el contrario, la incertidumbre de la financiación llevó a casos como la retención del rector de la Nacional, por más de cinco horas en octubre de 2009, para presionar la discusión de la asignación de recursos en la institución.

Los intereses estatales parecen estar encaminados a otros fines que no son precisamente la educación. Según cálculos del profesor Libardo Sarmiento, consultor de Unicef, un soldado profesional le cuesta al país $60 millones anuales y en contraste, un estudiante de la universidad pública le cuesta ocho millones.

Mientras eso ocurre, el activismo político en las universidades del país seguirá presente para reclamar y exigir garantías que cumplan con el derecho a la educación, que en nuestro país sufre continuas violaciones.

Lina Villegas

Ricardo González Duque

sábado, 9 de octubre de 2010

EL LIBRO SE SIGUE ESCRIBIENDO


150 páginas en un libro ya es demasiado para un típico lector latinoamericano que no está acostumbrado a ese hábito. Suspender todo tipo de actividades para entregarse al silencio y la concentración que demanda la atención de las páginas, para algunos termina siendo un suplicio.

En Colombia, según estadísticas entregadas por la Cámara del Libro, menos de 15 millones de personas leen un libro por año, lo que deduce que más de 25 millones de colombianos no saben que es devorarse ni uno solo.

Las cifras son preocupantes y el panorama parece dejar en crisis a una industria que en el inicio de una recesión económica está buscando alternativas para continuar a flote y atraer a apáticos lectores.

El problema pasa por diferentes estadios de una sociedad que no ha tomado conciencia por crear un amor por las letras y que en ese sentido acentúa aún más un statuo quo alimentado en la lejanía de los libros.

LAS LETRAS QUE NO SE LEEN

El Ministerio de Educación publicó en 2007 el resultado preocupante de un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en el que el país ocupó el lugar 30, de 35 en Latinoamérica, en nivel de lectura de sus habitantes.

Los datos generaron un intento de cambio desde el gobierno nacional, que creó el Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas para incentivar, a través de diferentes grupos focales, un interés por los libros. Sin embargo, el proyecto fracasó en muchos flancos.

Si bien el Ministerio pretendía mejorar los niveles de las bibliotecas existentes y crear nuevas para incrementar la estadística promedio de lectores del país, los objetivos trazados no tuvieron éxito y Colombia siguió estando en un nivel por debajo del de muchos países de la región.

“Quisiéramos llegar a que cada habitante se leyera en Colombia cuatro libros por año”, afirmó Moisés Melo, presidente de la Cámara Colombiana del Libro. Sin embargo, la cifra es de lejano cumplimiento y “requiere un cambio radical en las políticas educativas del país”, agregó.

Para 2009, el Plan del gobierno planteó que los colombianos en un año se leyeran 5 libros, pero la política siguió sin ser efectiva. Según un estudio concertado por el DANE con Fundalectura y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el promedio de lectura fue de 0,72 textos por año.

Sin embargo, lo más alarmante aún es la falta de interés de muchos que tienen la oportunidad de acceder a las bibliotecas públicas, incrementadas con el Plan del Ministerio, pues sólo el 19% de los encuestados por el DANE lo hacen.

Los colombianos no quieren leer, pues los otros medios, más facilistas que el de las páginas impresas, han venido a entretener a un público con contenidos en ocasiones anodinos, que en el 2000 dedicaba aproximadamente 43 minutos diarios a leer y hoy sólo 32.

UNA EDUCACIÓN MEDIOCRE

“El fetiche mío es tener libros, porque puedo leerlos una y otra vez, para de algún modo escapar de la realidad…”, cuenta Camilo Muñoz un ferviente lector que estudia Derecho en la Universidad de Caldas. Pero no hay muchos como él; son pocos los discentes que ven en la lectura una verdadera pasión.

Cumplir con un logro académico es la principal motivación -y obligación- que tiene un estudiante colombiano para tomar un libro, apartarse de la distractora realidad mediática en la que vive, y concentrarse en él.

Para Camilo, la crisis está en la educación que desde la primera infancia les imparten a los estudiantes, él asegura que no se crea un hábito por el leer. “Deberían aprovechar las edades más tempranas para fomentar las lecturas, así sea de cuentos pendejos como Escalofríos. Eso, de cualquier forma, terminará creando interés por los libros”.

La encuesta del DANE sobre preferencias lectoras señala que en el 40% de los hogares no comparten los textos con los menores, la tradición de la lectura del cuento se ha ido perdiendo. “La premura del tiempo, el estrés con el que se está moviendo el mundo, deja pasar todo por alto y espacios como ése para estar con los niños y despertarles ese interés por el mundo literario ya no existen”, opina Inés Arango, madre de una menor de 5 años.

Paradójicamente, el 90% de los menores encuestados coinciden en contestar que su lugar preferido para leer es el hogar, pero allí más de la mitad respondieron que no tienen libros y al no acceder fácilmente a una biblioteca, terminan realizando otras actividades. “¿Cuál es la forma más fácil de entretener ahora a un niño?, sencillamente la televisión y con ese error uno cree que tiene todo solucionado”, añade Arango.

Los colegios no ayudan, pues en Manizales son pocas las instituciones que crean en sus alumnos un hábito continuo de lectura. Sólo en colegios como el San Luis, Colseñora y Granadino hay una disciplina mensual para leer un libro. “Este negocio se hace de esas instituciones, donde a los muchachos desde pequeños les enseñan a hacerlo por gusto, no por obligación”, cuenta Gloria Giraldo gerente comercial de la librería Palabras.

Y si bien el problema puede provenir desde los primeros años, el interés de los gobiernos no ha contribuido a mejorar la calidad educativa. El hecho de que para 2010 se haya decidido invertir más en Defensa que en Educación, significa un retroceso y una posible pérdida de valiosos recursos para dotación de bibliotecas.

En las universidades, los estudiantes conscientes protestan por la disminución de dineros para sus instituciones, lo que tiene como consecuencia una más baja calidad educativa; las clases se nutren de los textos de autores, pero muchas universidades parecen haberlo olvidado.

“Leer un solo capítulo es limitar la profundidad de un texto”, declara Emel Orozco, propietario de Leo Libros; y eso es lo que precisamente están haciendo las universidades, piden fotocopias de capítulos seleccionados de un libro, para tratar un tema someramente. Ahí está una de las fallas vertebrales de la educación nacional.

Mientras esa lógica continúe, si se siguen leyendo pedazos descontextualizados de los textos de autor, la educación que se siga impartiendo en Colombia no dejara de ser mediocre.

LA ÚLTIMA PÁGINA DE LAS LIBRERÍAS

La era Gutenberg ha muerto. Fue la frase de muchos cuando hace unos años empezó a circular en Internet un libro de Stephen King publicado exclusivamente por ese medio. En ese momento la editorial que lo difundió, Simon & Schuster, cobró 2,5 dólares por su acceso.

Hace unos meses Ignacio Polanco Moreno, nuevo presidente de Prisa vaticinó que el apagón del medio impreso está a menos de 20 años, con lo que recalcó que el portal de su periódico El País, está en busca de mejoras para esta plataforma.

Puestas las cartas sobre la mesa, la bomba de tiempo para las librerías parece haberse activado por estar a menos de dos décadas de cerrar sus puertas. Sin embargo, en los principales negocios de estos en Manizales aún no hay alarma.

Los propietarios de las librerías de la ciudad coinciden en reconocer que si bien ha habido factores que inciden en la merma en ventas, creen que aún el lector valora mucho el texto físico en sus manos y que, contrario a Polanco, ven lejos el fin de los impresos.

“Me encanta el olor de las páginas de un libro nuevo, ahí está gran parte de su esencia”, cuenta Cristian Echeverry, estudiante y empleado de la librería Libélula. “Nadie quiere leer en una pantalla. El lector que se respete le gusta portar su texto y manipularlo y frente a un computador difícilmente lo puede hacer”, agrega Gloria Giraldo de Librería Palabras.

Para ella es quizá actualmente la piratería el principal problema que tienen que enfrentar el tipo de negocio en el que trabaja. “Es difícil competir contra precios la mitad más bajos con lectores que no son conscientes del trabajo de editores y escritores”, afirma Giraldo, quien dice no entender por qué motivo comprar un libro de mala calidad, deshojado y con letras fácilmente borrables.

Sin embargo, para otros independientemente de las tecnologías y la piratería existe otro problema de fondo que causa el debacle literario. “El libro no está en crisis, la que lo está es la lectura, porque nos acostumbraron a lo fácil y a no cuestionar y disentir a partir de un texto”, opina Jorge Vallejo escritor y profesor de la Universidad del Valle.

Por ahora no se puede pasar la última página de las librerías y editoriales, aún se está escribiendo, pero son los que la lean los responsables del destino del mágico hábito de la lectura.

miércoles, 6 de octubre de 2010

SIN LÍMITES ¿QUÉ MODELO?

Despreciar el proteccionismo y abrirse a los mercados mundiales con la idea neoliberal de globalización económica fue el discurso recurrente y que había logrado un éxito inconmensurable durante las últimas décadas del siglo XX, luego de que el capitalismo se impusiera sobre su némesis.

Las lógicas de los mercados bursátiles se acentuaron y el capitalismo salvaje empezó a regir en una economía en la que empezó a importar la consecución de riquezas sobre todas las éticas, principios y legislaciones; donde el Estado, catalogado de ineficiente y hasta estorboso, se convertía sólo en simple espectador de los actos de grande magnates y grupos económicos que por sí solos superaban el PIB de varias decenas de países en el mundo.

Pero el frenético modelo que en menos de dos décadas concentró incontables capitales, creó productos y modos de consumo por doquier; tuvo sus honras fúnebres en el septiembre negro de hace dos años, cuando el pánico rodeó a Wall Street con la quiebra de varias legendarias entidades financieras.

El cuento mágico de las hipotecas sin límites, de negociar con el dinero de los contribuyentes a través de fondos y otras inversiones y asignar créditos sin responsabilidad alguna, acabó con la caída de los precios de activos sobrevalorados. Por esta misma época en 2008, llegó el crash (estallido) definitivo a una economía que se había convertido más que peligrosamente especulativa, ficticia.

Los que miraban al Estado por encima del hombro y creían que su papel se había convertido en el de las arcaicas monarquías, tuvieron que ver cómo el gobierno de Bush nacionalizaba bancos, capitalizaba otros e inyectaba capital a la economía estadounidense para salvarla de un colapso mayor. La esfera pública le tuvo que poner reglas a la privada.

De eso ya van dos años y aunque muchos abogaron por un nuevo modelo económico que le pusiera fin a la desmedida acción del capitalismo salvaje, no hay muchos avances, pues los intereses del dinero que está en juego priman sobre el aparato estatal.

La soberanía se ha visto en detrimento por la superioridad de las multinacionales y los gigantescos grupos económicos frente a las ramas del poder público. Comprar leyes, justicia y a un presidente, puede ser la mejor herramienta para que esta práctica del libertinaje de mercado siga haciendo carrera.

Basta de imposiciones económicas al Estado. Que las EPS suministren los servicios de salud a los que están obligadas; que los bancos no sigan presionando para que las reformas tributarias los favorezcan y que los grandes capitalistas no soliciten más exenciones de impuestos sin sentido alguno. El Estado no es un pelele y las reglas son la clave para que no haya más crashque nos tomen por sorpresa.

lunes, 27 de septiembre de 2010

¿POR QUÉ GUERRILLERO?

No quisiera redundar en la muerte de ‘Jojoy’. Los medios de comunicación tradicionales ya han sido lo suficientemente extensos en el que se considera el más duro golpe a la guerrilla de las Farc. Los canales de televisión, que detuvieron su programación habitual, y las publicaciones extraordinarias de los periódicos, ya reseñaron por demás el asesinato del obtuso Víctor Suárez.

Aunque en Colombia estamos acostumbrados a odiar y ‘putiar’ a quien no nos plazca o con quien no estemos de acuerdo, no quiero recordar más las desagradables fotos del abatido guerrillero. Sólo felicitar a quienes a riesgo de su vida le hicieron inteligencia a las acciones de ese grupo armado que permitieron darle de baja a la idea de guerra más radical en las Farc.

Con la muerte del ‘Mono Jojoy’ la guerrilla perderá ánimo, organización de guerra, importancia de sus líderes, tendrá conflictos de intereses internos y hasta quedará sin muchos de sus hombres con las masivas deserciones. Pero ahí no hay victoria. A “rey muerto, rey puesto”, es la filosofía más acorde a la realidad de una Nación de eternos conflictos como la nuestra.

Las expresiones rozagantes, sonrientes y a veces hasta inhumanas de los miembros del Estado frente al bombardeo, son válidas por lo que representa la Operación Sodoma, pero no aportan nada más que peligrosa emotividad en un país que ha creado enemigos como máxime de los problemas del país y que se siente satisfecho con los bombardeos, muertes o capturas, que a su limitado modo de ver son las que conducirán a la paz. Pero no precisamente con guerra se hace la paz.

Quizá sea repetitivo decirlo: con la baja de Escobar no murieron ni el narcotráfico, ni el conflicto en Medellín; la capital de Antioquia sigue tomada por agentes al margen de la ley desde los paramilitares de La Terraza, hasta la Oficina de Envigado. Tampoco se ha acabado la guerrilla con las bajas de otros miembros del secretariado. Su poderío disminuye, pero siguen las razones del conflicto: desesperados colombianos sin oportunidades.

Colombia ahonda en la pobreza. Once millones de pobres e indigentes son un reflejo del frágil tejido social que existe en el país que se gasta la gasolina, el despliegue humano y las bombas de 30 aviones y 27 helicópteros en eliminar al enemigo público que servirá de trofeo para justificar la guerra, pero que no logrará ni un pequeño viso de paz. ¡Qué dinero tan útil hubiera sido para otros fines!

Los analistas políticos y del conflicto hacen su célebre aparición en los medios resolviendo la misma pregunta: ¿Está cerca el fin de las Farc? y muy poco queda claro. La verdad es ésta, la guerrilla seguirá siendo parte de un país desigual y excluyente como Colombia y sin importar quién la comande o como se llame, hará carrera en el conflicto nacional, simplemente por las mínimas garantías.

Nada justifica la toma de las armas, pero sin educación, con hambre y con rencor; un menor sin futuro o uno de los dos millones de desempleados que tenemos, puede engrosar fácilmente las filas de una anacrónica guerrilla como las Farc.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¿COLOMBIA LAICA?



Un delito tipificado en el Código Penal hasta 1981, una enfermedad mental consagrada por la Organización Mundial de la Salud antes de 1990 y ahora una “anomalía sicológica” para el magistrado de la Corte Constitucional, Nilson Pinilla. Esas han sido las denominaciones para el homosexualismo.

Cuando Colombia se prepara para que esa Corte entregue su fallo definitivo sobre la aceptación o no de los matrimonios y la conformación de familias entre personas del mismo sexo, las declaraciones de Pinilla son poco garantes del proceso que se adelanta para dictar la sentencia. Sus afirmaciones parecen caer en el sesgo ideológico en el que ha estado inmerso el procurador ultra conservador de la Nación, por sus convicciones religiosas.

Acá inicia la paradoja. ¿Cómo es posible que un ‘guardián de la Constitución’, como es un magistrado de esa Corte, desconozca el mandato laico de ésta y quiera implementar su pensamiento religioso en la legislación nacional? El interés de la Constituyente del 91 por la libertad de cultos va más allá de permitir las diversas manifestaciones y aboga por las garantías del Estado para que en asuntos oficiales no prime ningún culto. ¡Pero esos son enrredos!

Nunca antes el Estado colombiano había estado tan permeado por los asuntos religiosos imperativos del catolicismo: ministros, funcionarios y hasta organismos de control en manos de radicales religiosos de corrientes como el Opus Dei. Con esas condiciones, no se podría estar cerca el humo blanco a favor de las uniones homosexuales.

El mundo, sin embargo, está tras esa lógica. Los propósitos de inclusión se han convertido en el común denominador de las causas mundiales: contra el racismo, la xenofobia y a favor de las comunidades LGTB.

Pero hasta ahora sólo 10 países y algunas jurisdicciones de Estados Unidos, han permitido estas uniones por la vía legal, manteniendo aún en vilo a millones de homosexuales sin garantías de seguridad social o de patrimonio familiar con sus parejas.

La liberación llegó a América Latina por el sur. Argentina fue el primer país que aprobó la enmienda legislativa que le daba vía libre a este tipo de uniones civiles para conformar una familia, muy a pesar y luego de presiones infructuosas de la influyente Iglesia Católica.

En Colombia, sin embargo, la espera será hasta noviembre cuando se dé el fallo, y aunque algunos manifiestan optimismo por el posible fallo a favor, no se puede olvidar que somos el país más ‘godo’ del Nuevo Mundo y que una decisión de esas sería una atentado a las leyes de la Santísima Trinidad.