martes, 8 de junio de 2010

COLOMBIA ES SAGRADA


El 26 de febrero de este año, día glorioso para la historia patria, cuando la Corte Constitucional tumbó el referendo reeleccionista, un haz de esperanza surgió entre muchos de nosotros, al saber que el señor Uribe no nos podría gobernar más.

Motivado por ello, empezó una campaña emocionante, en la cual era un imperativo plantear unas profundas reformas en pos de la Justicia Social. Eso poco les importó a los electores y nos dejaron a los defensores de ese propósito sin candidato y a la merced de una dicotomía entre un candidato politiquero tradicional y uno apolítico independiente. Eso sí, ambos sin ese imperativo. A la postre, mi candidato llamó a no apoyar ninguna de las dos propuestas ganadoras.

Sin embargo, voy a desobedecer el designio que ha manifestado el partido político con el que más coincidencias ideológicas encuentro en el país, para votar por Mockus. Tengo que decir que orgullosamente voté por Petro, y que fue la mejor decisión que pudo haber depositado alguien en las urnas el pasado 30 de mayo, pero también tengo que decir que, en vista de las circunstancias, mi moral no me permite quedarme quieto viendo como el señor Santos gana las elecciones y sigue más, mucho más, de la misma carajada que nos han dado por 200 años, sin posibilidad de transformación.

No voy a decir que voy a dar un voto verde, porque eso no es realmente Antanas, él no es sólo esa moda anodina de las redes sociales que ha osado llamarse ola verde. Tampoco digo que voto conforme a ese partido, pues el infortunado macartismo de Peñalosa, me hace alejarme de sus planteamientos.

Votaré por Antanas motivado por las viejas palabras de Jaime Garzón, llamando a la transformación de la cultura facilista colombiana que tanto ataca el profesor candidato. Ojalá el mensaje del otro mundo, no salga errado.

Traicionaré esa idea (que de algún modo apoyaba) de la izquierda radical que asegura que no es conveniente la llegada de un neoliberal más, para mantener el caótico modelo económico de Uribe. Confiaré en que la salida más urgente para la profunda crisis de nuestro país está en la variable cultural y que la mirada desde la educación a profundos temas como el respeto por la vida y el civismo, serán las bases para una Colombia realmente diferente, en la que la solución que nos plantee el gobernante no sea la de matarnos unos a otros.

“Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie, ni hacerle mal en su persona aunque piense o diga diferente” dijo recordando a los indígenas, Jaime Garzón; inspirador de esta aún dudosa decisión de votar por Antanas Mockus. La esperanza, dicen algunos que es verde (Pfff), es que el profe logre dar y aprender en los colombianos esta lección de respeto por la vida del otro.