Fue hace unos años, pensando en la Universidad y en la carrera que escogería, que se cruzó por mi mente el nombre de Manizales. Sólo cuatro visitas en mi vida eran el respaldo para conocer la llamada ciudad universitaria.
jueves, 15 de octubre de 2009
REPORTAJE//MANIZALES Y SUS DIOSES
Las cúpulas arañan el cielo:
Hay algo que caracteriza a Manizales desde la panorámica vista que hay junto a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario en Chipre, y es la cantidad de templos que se propagan por toda la ciudad. Desde la altura vigilante se alcanzan a ver la Catedral Basílica, el Templo de la Inmaculada Concepción, la Iglesia del Sagrado Corazón (los Agustinos) y con vista de águila y ayuda de binóculos otras cuantas se agregan a la lista, como la emblemática de Fátima.
Mi dio’ le pague por el alcohol:
“Pa’ este frío lo mejor es un aguardientico”. Ésta la frase que crearon los ancestros cafeteros y transmitieron a sus herederos, los cada vez más toma-trago. El hecho de que aquí haya una industria licorera departamental, y que se produzca uno de los mejores rones del mundo, no nos es indiferente a los jóvenes. En fiel obediencia a la famosa canción de la banda pereirana La Iguana, la cita es para beber, beber, toda la noche sin parar.
El Once, pasión y religión:
En la futbolera Manizales, hay muchos que piensan que el mejor plan de cada domingo (algunas veces para pasar guayabo) es ir al ya histórico Estadio Palogrande para ver jugar al Once o en su defecto, verlo en la pantalla chica.
Acá está el infierno:
El manizaleño elitista común prefiere que el foráneo no se mezcle con lo burdo de su ciudad, no le gusta mostrar la pobreza reinante y por eso tal vez fue que cayó tan bien el traslado de la terminal de transportes a un lugar donde no se tuviera que estar cerca de un sector tan deprimido como el de la Galería.
La espalda a la cruz:
Salgo de la Galería con temor, tristeza y aunque dicen que es feo sentirlo, lástima por quienes han tenido vidas desdichadas y de alguna manera inhumana. La correría por la Manizales en frenesí y depresión impacta y eso que no llegué a los extremos de ver los estratos 6 y 7 que en la ciudad existen.
Los respeto. Pero sin hallar respuestas ni soluciones al mundo en ese universo, prefiero dar media vuelta, darle la espalda a esa cruz y seguir mi camino recorriendo el mundo de la ciudad de las religiones no convencionales.