El pulso de las regiones, de los gamonales de pueblo, del tráfico de influencias con la compra de votos y el momento de la politiquería en su máxima expresión. Son las elecciones regionales, sí. Ésas que normalmente le importan por separado a cada pueblito, a cada departamento, y que en lo nacional sólo sirve para hacer balances entre uno y otro partido.
Pero este año, en este octubre, están en juego aún más que los votos para un concejal o un diputado. Después de unas interesantes e intensas elecciones presidenciales (sólo hasta la primera vuelta, hay que decirlo) lo que pase en el preámbulo de los sufragios y luego de éstos, podrá definir el mapa político e ideológico del país.
A Gustavo Petro parece que le puede ir mejor como politólogo que ejerciendo la política como candidato o en un partido, luego de hacer una radiografía de qué puede pasar en las próximas elecciones.
El ex Polo Democrático aseguró que en este 2011 los colombianos elegiremos entre una “ultraderecha” representada por La U y los ‘godos’; un espectro de “centro derecha” en el que pueden caber los del trapo rojo y el nuevo aliado, Cambio Radical y finalmente menciona a “un frente democrático” que él espera liderar representando la “centro izquierda”. Evidentemente deja a un lado al partido por el que fue candidato y no parece incluir a los perdidos ex alcaldes verdes.
Y aunque el panorama que Petro expone puede ser simplista, básico y hasta parezca obvio, esa acomodación de ideologías dejará en claro cómo está el país frente al uribismo a más de un año de la salida de su popular líder; cómo ha calado el santismo en los colombianos y qué tanta fuerza tienen sectores ajenos a la mesa de Unidad Nacional.
No es exagerado pensar que las votaciones de octubre van a definir además la gobernabilidad de Juan Manuel Santos y por tal el éxito que puedan tener sus proyectos de gobierno en los siguientes tres años; también una posible candidatura de Uribe en 2014 como muchos uribistas ‘pura sangre’ todavía plantean y determinarán si la izquierda democrática en el país volverá a los anaqueles de la política.
Las tempranas movidas de todas las colectividades para alcanzar la cereza del postre que es la Alcaldía de Bogotá, dan cuenta de lo agitado y sorprendente que podrá ser el año político que empezaremos a vivir. La posible alianza de La U y los ‘Verdes’ es una muestra de ello, en lo que puede terminar mezclando a personajes como Lucho Garzón con Roy Barreras, bajo una misma causa, un mismo candidato.
Y aunque Uribe ya se metió de lleno en la campaña para quitarle el bastión de ocho años al Polo Democrático en la Capital, ni él se define como candidato, ni sus cercanos áulicos dan cuenta de que lo vaya hacer. Quizá tenga otra desagradable encrucijada en el alma, pero ojalá que como dijo el popular caricaturista de Semana: “Vladdomanía cree que muchos bogotanos no quieren ‘convivir’ más con Uribe”.