domingo, 24 de octubre de 2010

LA IZQUIERDA DES-UNIDA

Tsunami político, oportunismo, hipocresía y sin duda alguna, polémica; fue lo que generaron las denuncias de Petro, Avallaneda y De Roux en contra del denominado carrusel de contrataciones que al parecer ha comandado Iván Moreno, el hermano del Alcalde de Bogotá.

Las asignaciones de importantes contratos de construcción, en una ciudad que está en caos de movilidad por las obras inconclusas, se dieron a empresarios cercanos al círculo social de los nietos del ex presidente-militar del siglo pasado y dejó en el aire un tufo de corrupción de grandes proporciones que, entre otras cosas, tiene al alcalde Samuel Moreno con menos de un 15% de aprobación, según las endiosadas encuestas.

Aunque a las denuncias contra el clan Moreno Rojas por el supuesto aprovechamiento personal se le sumaron las “oportunas” declaraciones de Miguel Nule –el alicaído empresario barranquillero que en menos de un lustro perdió el imperio que había construido con sus familiares– el ‘distrito-gate’ tiene dos trasfondos políticos: el pregón de que la lucha por la Alcaldía de Bogotá inició y el fraccionamiento, ahora casi irremediable, del Polo Democrático.

En el primer escenario las versiones de una disputa Peñalosa – Uribe para disputarse el segundo cargo público más importante del país parece tomar fuerza, aunque el ex presidente, quien empieza a estar inmerso en investigaciones por las acciones de su gobierno, no ha dado el sí para aspirar.

Para los analistas y aún más para la opinión pública, es muy difícil que el Polo Democrático logre la victoria en la Capital por tercera ocasión y quien podría tener la primera opción en ese partido para lograr la Alcaldía sería Petro, pero él dice no estar interesado -¡habrá que ver si es cierto!- y además cada día está más lejos de la estructura oficialista del partido de oposición.

El Polo está, entonces, a las puertas de otra pérdida de uno de sus líderes, como ya ocurrió con Lucho Garzón, quien en su momento salió de las toldas amarillas para querer fundar lo que él había llamado el Partido de la Calle.

Gustavo Petro tiene, según algunos militantes del Polo, una profunda necesidad de desquite con los miembros de su partido por ratificar en la presidencia a Clara López y su figuración como el denunciante del ‘distrito-gate’ lo puede catapultar como adalid contra la corrupción y le puede dar los réditos políticos que le den las credenciales para lanzarse a la Alcaldía o avanzar con su proyecto divergente denominado la Corriente Democrática.

Y ahí está la primera piedra de su salida del Polo. La conformación de la Corriente Democrática, que se vislumbra como un nuevo proyecto político inspirado en las propuestas de Petro a la presidencia, podrá ser la plataforma en la que esté el futuro político del ex senador, pues él ha asegurado que su permanencia en la coalición izquierdista depende de las decisiones que se tomen frente a la corrupción que para Petro existe en la administración distrital. En otras palabras, pide la salida de Iván Moreno del Polo. ¡Cuestión difícil!

Lo que queda de todo esto es el caótico panorama que la corrupción e ineptitud han causado en las obras de Bogotá y el inminente y lamentable fracaso de un nuevo proyecto de izquierda en la política nacional. Seguimos en el camino de la unanimidad y abrazados eternamente a los representantes de la derecha.

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