Luego de 20 años al aire, Los Simpson, la serie animada más vista en el mundo, con una película encima, ya no se puede considerar como un éxito televisivo, sino como un fenómeno cultural del siglo anterior.
La serie, producida por Gracie Films y Twenthy Century Fox, y emitida en Colombia por Caracol Televisión y Fox, ha generado toda una industria comercial a su alrededor: pasando por productos audiovisuales, figuras alusivas, ropa y hasta libros en los que no sólo se muestran la síntesis de los capítulos de cada temporada, como en Guía Completa de la Familia Simpson, sino que se hace una investigación exhaustiva de la serie desde el entorno comunicativo, social y cultural; como se registra en Detrás de los Simpsons, un documento analítico y revelador de Juan Pablo Marín Correa, un publicista de la Universidad Católica de Manizales.
El libro, de obligada lectura para los creadores mediáticos, los sociólogos, antropólogos y fanáticos de la serie, por el impacto de ésta en nuestra sociedad; cuenta con 191 páginas de carácter argumentativo, enmarcadas en tres capítulos, que muestran aspectos puntuales de la serie, éstos, a su vez, cuentan con varios artículos relacionados con el capítulo en el que están incluidos.
El primer capítulo, llamado Espacios, temporalidades y relaciones plásticas, se centra en describirnos minuciosamente la sociedad en la que vive la familia favorita de América. “El Springfield de Los Simpson es una metáfora del pueblo estadounidense, es la representación del ciudadano promedio”, considera Andrés Calle Noreña, colaborador del libro y profesor de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales.
Respecto a la fisonomía Simpson, el profesor Calle Noreña cree: “Hay un estilo original y creativo de los libretistas, pues el referente de dibujo animado que se tiene en la cultura norteamericana es el de Disney con lo armónico y lo bello. Los personajes no conservan figuras del norteamericano blanco común, sino que se asemejan al mestizo”.
Por tal, se osaría hablar de la presencia de latinos en la cultura Simpson, más que todo por la proximidad geográfica. Pero no sólo los vecinos del sur están allí incluidos, pues, en otra contradicción de tiempo, la serie visualiza lo que puede ser el futuro de Estados Unidos. “Dentro de 50 años, empezando por el fenómeno actual de Obama, el prototipo norteamericano va a cambiar completamente, por la cantidad de inmigrantes existentes actualmente”, agrega Andrés Calle.
Uno de los más importantes análisis de este apartado es la relevancia, más de la que se cree, de la Planta Nuclear en la que labora Homero Simpson. Para el autor del libro, ésta es el polo o centro de desarrollo de la sociedad de Springfield, que está supeditada a ella.
Pero sin lugar a dudas, el artículo El hombre que mató al oso, dentro de este primer capítulo, es el más revelador, pues da a conocer la ideología Simpson implícita, incluyendo críticas y alabanzas a los modelos del comunismo y el capitalismo. Marín Correa hace varias develaciones sobre el fundador Jeremías Springfield, que a más de un seguidor de Los Simpson lo dejará perplejo. El profesor Calle Noreña considera que en la sociedad de Springfield, al igual que en la estadounidense “se idealiza un pasado para justificar aspectos del presente”, en los que caben las mentiras.
En el siguiente capítulo, Prototipos, paradojas y funciones, el libro describe paso a paso aspectos relevantes en la serie, que una audiencia netamente consumista de entretenimiento, no ha detallado. En primera instancia se realiza una breve descripción sicológica sobre los integrantes de la familia Simpson y sorprendentemente sobre el señor Burns, como amo y señor del poder maligno en la sociedad, que aunque no se menciona en el libro, no tendría lejana una comparación de los apellidos Burns y Bush.
El posterior análisis es una paradoja sobre la forma de vida de Homero Simpson, quien, aunque no tenga un título, no sea brillante intelectualmente, y tenga una abultada familia por mantener, vive plácidamente. Consume rosquillas y cerveza con sus pocos amigos todos los días, se da el lujo de tener una gran casa, dos carros y asiste a cuanto partido, evento, concierto o feria se le antoje.
Bart no es tan malo como Lisa, es el nombre del apartado final de este segundo capítulo. El nombre de éste es de por sí revelador, pues el travieso niño Simpson siempre se ha considerado como el rebelde sin causa. Pero allí hay algo más. Bart es el rebelde del statu quo que pretende mantener Lisa desde su ideología norteamericana. Vale la pena, desde cada punto de vista, sentar posiciones personales sobre este polémico texto.
El capítulo final Modelos, poderes y mediaciones es una vista a vuelo de pájaro de los actores externos a la familia Simpson que la influencian sobremanera. El análisis parte con subtítulos como: el manipuladorcillo Ned Flanders, donde se devela la verdadera intención del vecino odiado por Homero, siendo un hombre defensor del statu quo, el señor Burns, un reptil opresor, dando fe de capítulos anteriores donde se le concede la plenipotencia al jefe de Homero, Wonderful Duffs, en el que se muestra sólo una parte de la intención de consumo capitalista que pretende criticar la serie, Krusty, Ithcy y Scratchy y McBian Trade Mark TM y La estrella mediática Kent Brockman y los mass media, donde se genera una función metalingüística es decir, el mismo medio, la televisión, se visualiza a sí misma con la representación de productos mediáticos y su importante función en la sociedad.
El autor del libro no deja una posición clara sobre si existe o no una intención de los libretistas-creadores de la serie, pues deja a juicio de cada lector de su obra la conclusión sobre si cada secuencia de Los Simpson tiene una representación e intención de mostrar una realidad, o sólo es producto de un éxito mediático. El profesor Andrés Calle Noreña sienta su posición: “Los Simpson pueden ser entretenidos e inocuos para un lector incompetente, una persona desprevenida. Pero como el programa está tan bien hecho, para quienes tienen mayor información para realizar una crítica, pueden hallar en la serie una manera de confrontar la ideología de Estados Unidos”.
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